Durante la temporada navideña nos alegra ver todos los elementos que se han --añadido a esta festividad, uno de ellos es el árbol, bajo el cual se colocan los re-
galos que los integrantes de la familia se regalan entre sí; simbolizando con ello
la entrega del afecto familiar. Son los niños los que más se gozan viendo los -----regalos que han de abrir el día posterior a la Noche buena,es decir, en la Navidad.
Son los niños,también, quienes se gozan cuando el árbol se va arreglar con todos
los elementos que se le colocan ya que ellos desean tomar parte en esa actividad, ya sea colocando las esferas,los listones y otros objetos más.
¿Pero cómo y por qué se añadió el árbol a la festividad navideña? Los árboles pierden sus hojas en el otoño y durante la época invernal presentan un triste es-
pectáculo que nos recuerda la muerte. A nadie le agrada la muerte, es por eso que
se tuvo la idea de buscar un árbol que siempre se conservara verde, con vida, y ese árbol fue el pino. El pino fue introducido en el hogar con el propósito de recordanos que los árboles que aparentemente habían muerto resucitarían; que
los volverían a ver llenos de hojas y con un follaje lleno de vida. Recordádonos con ello que nuestro Señor Jesucristo murió por nuestro pecados, pero resucitó al tercer día para alegría y salvación de todos los que le hemos recibido en nuestro corazón.
Cuenta la leyenda que un día Martín Lutero, el reformador de la Iglesia católica, en una fría noche quiso adornar su habitación con un abeto, árbol al que le colocó unas velas como adorno, y que le impresionó como se veía, contrastando esa imagen con lo que veía en el exterior de la casa, el oscuro y tenebroso bosque.
Se cree que este hecho fue adoptado por la Iglesia reformada alemana cómo símbolo de la vida en Cristo que es vida y luz eterna, contra quien la muerte nada
puede hacer.
Esta costumbre se arraigó en Alemania y los países escandinavos durante los siglos XVI y XVII, pasando posteriormente a Inglaterra.
Los colonizadores ingleses que llegaron a fundar las 13 colonias en Norteamérica,
trajeron consigo esa costumbre, que sigue perdurando hasta nuestros días.
Este elemento de la Navidad llegaría más tarde a nuestro país y se arraigaría has-
ta nuestros días.
Se cuenta que por el año de 1878, en la casa del general Miguel Negrete
se colocó uno de los primeros Arboles Navideños y que a partir de entonces esa costumbre se popularizó en México.
Esferas, luces, estrellas, moños y otros adornos hacen del Arbol de la Navidad un elemento hermoso en los hogares cristianos; y esa imagen nos queda grabada
desde niños en nuestra mente y corazón. No perdamos esa costumbre deleite de nuestros hijos y de la familia en general.
El 25 de diciembre acércate al Arbol de la Navidad a recoger tu regalo.
El regalo que a todos nos trae la Navidad es Jesucristo, acerquémonos a El y recibámoslo en nuestro corazón como nuestro Señor y Salvador personal.
Que esta Navidad, sea la mejor de todas las que has tenido.